Cuando hablamos de calidad en obra, el mortero es uno de los elementos más críticos. Una mezcla mal hecha puede comprometer toda una construcción, desde la resistencia estructural hasta la durabilidad a largo plazo. Por eso, conocer los errores más comunes en la preparación del mortero es clave para evitar problemas costosos y garantizar un trabajo profesional.
A continuación, te contamos los errores más frecuentes y cómo prevenirlos.
1. ❌ Dosajes incorrectos
Uno de los errores más comunes (y peligrosos) es improvisar el dosaje. Muchas veces se cae en el "a ojo" o el "más o menos", lo que puede afectar seriamente la resistencia del mortero.
¿Qué hacer?
Siempre seguí las proporciones indicadas por los fabricantes o los manuales técnicos. Existen dosajes estándar para diferentes tipos de mortero (para revoques, asentado de ladrillos, carpetas, etc.), y respetarlos asegura que la mezcla cumpla con su función.
2. 📏 Medidas mal unificadas
Usar diferentes unidades para medir los materiales (por ejemplo, mezclar paladas con baldes o cajones) rompe con la lógica de proporción y genera una mezcla desequilibrada.
¿Qué hacer?
Elegí una sola unidad de medida (balde, bolsa, cajón, etc.) y usala para todos los materiales. Esto te permite replicar la mezcla con precisión en cada tanda, sin variaciones que comprometan la calidad.
3. 🌀 Mezclado insuficiente
Una mezcla mal homogeneizada puede generar zonas más débiles, acumulación de material seco o exceso de agua en sectores. Esto impacta en la adherencia, el fraguado y la resistencia final.
¿Qué hacer?
Usá una hormigonera (trompito) o mezcladora adecuada, y asegurate de mezclar al menos 3 minutos después de haber cargado todos los materiales. Este paso es clave para lograr una distribución uniforme.
4. 📥 Orden de carga incorrecto
No todos los materiales se agregan en cualquier orden. Una secuencia incorrecta puede dificultar el mezclado, provocar grumos o incluso afectar la hidratación del cemento.
¿Qué hacer?
La secuencia recomendada suele ser:
-
Parte del agua
-
Cemento
-
Arena
-
El resto del agua (si es necesario)
Este orden facilita un mezclado más rápido y eficaz. Igualmente siempre consulta con la ficha técnica o manual del producto para poder seguir el orden correcto.
5. 💧 Exceso de agua
Muchas veces, por buscar una mezcla más fluida o "trabajable", se cae en el error de agregar más agua de la necesaria. Esto disminuye la resistencia del mortero y genera mezclas con riesgo de disgregación o sangrado.
¿Qué hacer?
Tené en cuenta la humedad natural de la arena, ya que influye en la cantidad de agua total. Ajustá en consecuencia y nunca superes la proporción de agua recomendada.
6. 💦 Falta de agua
Así como el exceso de agua es perjudicial, la falta de ella también lo es. Un mortero seco pierde trabajabilidad, se fragua mal y puede generar fisuras o falta de adherencia.
¿Qué hacer?
Si notás que la mezcla se seca muy rápido o es difícil de aplicar, es posible que le falte agua. Ajustá con cuidado para lograr una consistencia plástica, ni muy seca ni muy líquida.
🧱 EXTRA TIP: ¡Mojá los ladrillos!
Un tip fundamental que muchos olvidan: antes de aplicar el mortero, mojá los ladrillos.
¿Por qué?
Porque si están secos, van a absorber rápidamente la humedad del mortero, debilitando la adherencia y provocando fisuras. Un simple rociado con agua puede marcar la diferencia en la calidad del asentado.
En resumen...
Dominar la preparación de morteros y mezclas es esencial para cualquier profesional de la construcción. Evitar estos errores no solo mejora la calidad de la obra, sino que también ahorra tiempo, dinero y retrabajos.
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